miércoles, 9 de febrero de 2011

Pausa en el vuelo de la mariposa


Eeeeeeeeempuje y aleteo,

aleteo, aleteo y un nuevo aleteo un poco más veloz para luchar la resistencia de la brisa.

Eeeeeeeeesquiva rama, giro en flor y tras ese muro suavizo el golpe de mi alas.

Suave, más suave y ............. espera,

mis antenas captan un ligero olor a néctar,

por aquí, tiene que estar por aquí,

mmmmmmmmm,

mi lengua parece desenrollarse con sólo su delicioso olor.

Ahí está, es tiempo de posarse amigo, tiempo de descansar las alas y disfrutar de este manjar.

lunes, 15 de noviembre de 2010

África, paraíso terrenal


África, cuna de nuestra Humanidad, madre del ser humano.

Extenso continente de un mundo caduco, poseedor de la belleza natural.

Crisol de lenguas y razas, de religiones e ideologías.

Continente sometido al colonialismo, dividido con rectas por la codicia humana.

Dueña de la diversidad climática, guarida de exóticos animales

Propietaria de riquezas naturales manchadas de sangre con manos extranjeras.

Paraíso terrenal.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Errante


Ya no recuerdo el día que decidimos cambiar nuestra vida,

alejarnos de una casa con paredes, para vivir errantes sobre un suelo poco estable.

Al principio no fue fácil y sentía cierta asfixia.

Siempre viajamos sin rumbo fijo.

Hemos vivido en tantos lugares que casi no recuerdo de donde vengo,

Australia, Bahamas, Grecia, Costa Rica, Francia...

demasiados lugares.

Hemos tenido amigos y vecinos en cada uno de los puertos.

Hemos aprendido a prescindir de lo prescindible y a agotar al máximo cada recurso.

Y es hoy cuando el mar me devuelve a casa.

Lo he avistado hace tan solo un par de minutos.

Está prácticamente igual:

el viejo faro donde jugábamos de niños.

Y ya estoy aquí de nuevo para a pisar tierra,

por un tiempo,

porque mi hogar siempre será la mar.

martes, 21 de septiembre de 2010

Vigo, mi ciudad




Siempre la misma ciudad, la misma gente, la misma realidad, a veces me pregunto si mi lugar es este.

En ocasiones fantaseo con un cambio en mi vida. Me dispongo a andar, correr, recorrer el mundo. Cada minuto de mi existencia me pide que salga, que conozca otros lugares, otras culturas, otra gente, quiero empaparme de sus vidas.

Después me doy cuenta de que por muy lejos que este ella tirará de mí, me atraerá con su fuerza, porque lo que hoy me resulta monótono mañana lo añoraré.

Me imagino entrando en Vigo al anochecer, cruzando el puente de Rande mientras los últimos rayos de sol se entrelazan con las numerosas bateas y la alegría me embarga. El reencuentro con mi gente y las miles de personas que después de tantos años se han convertido en conocidos sin nombre. Las comidas familiares en parques forestales, las cañas nocturnas en la playa de Samil, el olor a mar, mmmmmmmmm, ¡cuanto lo echaba de menos!, ese intenso olor a mar no lo he encontrado en ningún lugar.

Definitivamente esta es mi ciudad y salvo que no me quede otro remedio, no la dejaré durante mucho tiempo.

jueves, 9 de septiembre de 2010

En buena compañía



Puedo levantarme contenta y que mi día se entorne gris hasta cerrarme en la oscuridad, pero al llegar a casa todo vuelve a su color original, a iluminarse mi día más oscuro.

Puedo despertar sin ganas, pero sus palabras me dan fuerza para arrancar mi viaje.

Puedo incluso no sentir, ser incorpórea y abstraerme del mundo, pero su estrecho lazo me ayuda a tocar el suelo.

Puedo, con ellos siempre puedo.

Puedo arriesgar y equivocarme.

Puedo sufrir y perdonar.

Puedo aislarme y recapacitar…todo lo entienden.

Son mis compañeros de viaje, de triunfos y fracasos, de alegrías y dolor.

Son parte de mi ser, de mi cabeza, mi corazón y mi sangre.

Son mi FAMILIA, lo único que realmente nos pertenece a los 5.

Acrílico sobre papel.

lunes, 23 de agosto de 2010

Baiona la Real


Un milenario puente de piedra nos acerca a nuestro destino. A su paso el río nos deleita con fogonazos de luz en su constante lucha por encontrarse con el mar.

Atravesamos la playa de Ladeira impregnados por la cálida llamada del mar del Val Miñor.

Y poco a poco comenzamos a formar parte de la historia de Baiona la Real, atravesando sus puertas siempre abiertas al visitante.

Ascendemos una rampa de madera para sentirnos como descubridores del Nuevo Mundo recién llegados de un larguísimo viaje desde las Americas en la Carabela Pinta.

Paseando por sus adoquinadas calles nos cruzamos con cientos de rostros, leguas y acentos que comparten el perfume propio de este pueblo marinero.

Visitamos el Castillo de Monterreal bajo la atenta mirada de la Virgen de la Roca, siempre dispuesta a compartir las magnificas vistas desde su barco.

Al llegar la noche el ambiente festivo se respira en cada esquina haciéndonos más difícil la despedida.

Y regresamos a nuestros orígenes jurando regresar lo antes posible, porque por alguna extraña razón las calles, los edificios, las playas y la vida en este pueblo embrujan al visitante.


martes, 10 de agosto de 2010

Esperando el Verano


Después de 9 largos meses de espera por fin ha llegado, pero como cada año parece que tenga prisa. Creo que siempre ha sido la estación más fugaz y nuevamente vuelve a escurrirse entre mis dedos.

La brisa marina juguetea con mi cara y me dejo embriagar por el aire puro que inunda mis pulmones.

El sol, el aire y el mar endulzan mi boca sin dejarme saborear su verdadera intensidad, me atraen con una fina degustación que se convierte en una inquieta espera para el resto del año.

Y a su término esperaré su renacer durante 9 meses más, intentando conservar los resquicios de su sabor.

Acrílico sobre lienzo.